El modelo equino de Henry Fratin: un taxidermista en nuestros almacenes
Una curiosa aparición asoma en nuestros almacenes: un caballo del siglo XIX, un modelo equino de Henry Fratin. Su anatomía está perfectamente representada y el efecto es sorprendentemente realista. Incluso el pelaje de la cobertura y el vello de la cola y la melena contribuyen a esta ilusión de realidad.
En resumen, si no fuera por su tamaño, parecería estar frente a un ejemplar equino real, disecado con el paso característico del trote.
El taxidermista Monsieur Fratin
Henry Fratin, hábil taxidermista y autor de la obra, no descuida los más mínimos detalles que demuestran su profundo conocimiento del mundo animal. Monsieur Fratin, como él mismo se identifica en la etiqueta colocada bajo la base de madera, sugiere que la precisión anatómica es tal que sus animales merecen formar parte de las colecciones de un gabinete de historia natural.
«Suyos» en plural porque nuestro caballo pertenecía originalmente a un grupo más grande, compuesto por un total de nueve ejemplares, todos mamíferos cuadrúpedos que representaban especies de diferentes partes del mundo: un bisonte, un bovino, una vaca que amamanta a su ternero, un alce, una cabra montés, un tigre, un león y un oso acompañaban al equino, todos igualmente caracterizados por una precisa reproducción anatómica y una postura natural.
Objetos de exhibición y educativos
Quizás lo que aumentó el éxito de estos productos fue su presentación en la Exposición de París de 1819, como se recuerda en los Annales de l’Industrie Nationale et étrangére publicados dos años después. Lo cierto es que la apreciación en esa época fue tal que, como recuerda el propio Fratin en la etiqueta ya mencionada, sus animales merecían la atención no solo de los aficionados, sino también de las escuelas francesas y del propio Gobierno. No es raro encontrarlos en los apartamentos de reyes y ministros, presentados como curiosidades para mostrar a los invitados o como auténticos objetos educativos.
La apreciación por la historia natural experimentó un notable aumento en el siglo XVIII. La investigación científica, el estudio de la naturaleza y las formas de reproducirla fascinaban al hombre ilustrado.
Y este tipo de artículos resume completamente la doble cultura de la época. Por un lado, satisface la búsqueda de precisión científica, la representación naturalista fiel, por otro, se posiciona como continuación de la tradición de las Wunderkammer tan apreciada en los siglos pasados. Modelos, casi miniaturas de animales reales que podían ser presentados con una disposición didáctica o ambientada, una verdadera muestra de animales bien conocidos como los bovinos o exóticos como los grandes felinos, casi un eco lejano de los bestiarios medievales.
Encuentra el modelo de Henry Fratin en este enlace en nuestro sitio: https://www.dimanoinmano.it/it/cp273816/antiquariato/oggettistica/scultura-cavallo-henry-fratin
¡Hasta la próxima!