La cómoda es un inodoro portátil en todos los sentidos. Sus orígenes se remontan a la Edad Media y la etimología sugiere que este asiento era más cómodo (de ahí su nombre) que las letrinas romanas y los simples orinales.

Funcionalidad y estética

La cómoda es un mueble que hoy en día parece inusual, casi gracioso, pero era un objeto que combinaba funcionalidad y estética, al igual que los mejores diseños.

Con la forma de un asiento (silla o sillón, a veces incluso con reposabrazos y reposacabezas), se integraba perfectamente con el mobiliario de la casa. Estaba caracterizada por la presencia de una tapa removible en el asiento que, una vez retirada, daba acceso al compartimento inferior donde se encontraba el orinal de cerámica, que podía ser retirado para vaciarlo y limpiarlo.

La cómoda en las cortes europeas

La cómoda estaba muy extendida en las principales cortes europeas. En la corte inglesa, por ejemplo, se había creado el título de «Groom of the Stool», asignado a un cortesano de alto rango que tenía la tarea de encargarse del cuidado y la higiene personal del monarca. Esto incluía, por supuesto, su cómoda.

A pesar de la naturaleza de su tarea y de cómo ha sido interpretada por la historiografía moderna, este rol era de gran prestigio, dada la cercanía y la gran confianza con el rey, lo que hacía temido al Groom of the Stool dentro de la corte.

En la corte francesa de Luis XIV, las cómodas también eran muy comunes como verdaderas piezas de mobiliario, obras maestras de la ebanistería. Entre los ejemplos, destaca la que pertenecía a la marquesa de Pompadour, amante del Rey Sol.

También cumplía la función de bidé y, una vez cerrada, se convertía en un pequeño sofá de una plaza. Un ejemplar de gran lujo.

Es a partir de la época moderna cuando las cómodas se integran perfectamente en el mobiliario, pudiendo ser colocadas en diferentes estancias, principalmente en los dormitorios del propietario.

Pequeña cómoda de dormitorio

El ejemplo presente en nuestros almacenes es una pequeña cómoda de dormitorio, que se abre mediante dos puertas moldeadas en el frente con forma de ballesta y también a través de la parte superior moldeada. El interior oculta la cómoda, que consta de una balda elevable y otra con un agujero central, todo lacado.

La superficie externa está chapada en bois de violette con incrustaciones en amarillo angélico con motivos fitomorfos entrelazados, formando reservas, un motivo decorativo que se encuentra en la producción romana tardobarroca.

La forma externa es, en efecto, la de una pequeña mesita de noche, que hoy puede encontrar su función, además de como un mueble de lujo y con un impacto visual refinado, también como un mueble de almacenamiento.

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