By Valentina
La protagonista de nuestro Classic Monday es una elegante consola demi-lune, expresión de la sofisticación piamontesa en la época Neoclásica.
La región del Piamonte, tierra de frontera, se caracteriza por una cultura fuertemente influenciada por la de ultramar. En particular, en el siglo XVIII, el arte y el gusto franceses son universalmente considerados como los más a la moda; por esta razón, muy buscados y adoptados.
Esta característica es especialmente evidente en aquellas áreas que pueden presumir de intercambios directos con Francia, gracias, quizás, a los desplazamientos de los artistas. Numerosas personalidades italianas viajaron a París, en verdaderos viajes formativos; pero también artistas franceses fueron llamados por las cortes italianas para encargos prestigiosos. En este sentido, es ya célebre la actividad del arquitecto leonés Ennemond Alexandre Petitot en la Parma de los Borbones y los Habsburgo-Lorena.
Naturalmente, la proximidad geográfica conduce inevitablemente a una convergencia y penetración de gustos artísticos, como es el caso de nuestro ejemplo.
En nuestra consola, las formas típicamente neoclásicas muestran una apertura a las tendencias francesas, tanto en sus formas como en algunos de los materiales empleados.
Sostenida por patas tronco-piramidales estriadas, estrechas en la parte superior por un collarín y dotadas de un dado de unión, están conectadas entre sí por travesaños en forma de media luna, perforados con un motivo de triage en la parte superior. La silueta de la mesa de pared, con su característica forma, precisamente “media luna”, está claramente influenciada por los muebles franceses. Incluso el uso de los materiales muestra la doble cultura de este mueble. El álamo, una madera típicamente italiana, sostiene una tapa de mármol, hábilmente cortada siguiendo siempre la forma de demi-lune, llamada rouge griotte, con la característica coloración de un rojo cereza, una especie de piedra muy utilizada y difundida precisamente en Francia.
La decoración lacada de la estructura subraya la sofisticación de la consola. La madera nunca se deja al descubierto, sino que está completamente lacada, incluso en la franja tallada debajo de la tapa. La laca era una técnica muy extendida, tanto en los territorios italianos como en los franceses, para refinar y hacer más elegantes los muebles. A menudo, la laca se enriquecía luego con elementos pintados, como en nuestro caso, con la greca que adorna toda la franja periférica, con motivos fitomorfos y pequeñas rosas, uno de los motivos más comunes y repetidos en el neoclasicismo.
