Los asientos y el nacimiento del diseño / parte 2
Aquí está el segundo episodio de nuestro viaje para descubrir las sillas y el nacimiento del diseño (aquí el primero).
El diseño en la práctica
El mundo del diseño hoy puede parecer algo exclusivo y para pocos: lo asociamos con el encanto elitista de la creación artística. Por el contrario, los objetos de diseño nacen para responder a necesidades concretas, ser producidos en serie y, por lo tanto, llegar a un amplio público. Si miramos estas sillas, podemos notar cómo responden a necesidades comunes y muy prácticas. Son la prueba de que los objetos de diseño no debían ser ni lujo ni arte, sino simplemente resolver problemas concretos.
El diseño es planificación que se basa en la ciencia y en reglas precisas para ofrecer una solución inteligente y versátil que busca dirigirse a las masas. Gracias a sus características, la producción en serie, la funcionalidad y la adaptabilidad hicieron que el diseño concretara el sueño de muchos de tener finalmente en casa muebles que hasta ese momento habían sido un lujo para unos pocos. La creación de nuevos materiales más económicos, como los plásticos, fue protagonista de una revolución productiva. Todo esto caracterizó aquellos años de auge económico.
Muchos tendrán en mente la silla Lady, un gran ícono del diseño, con una estética inconfundible inspirada en el mundo automovilístico.
Es un proyecto de vanguardia y experimentación con materiales, utilizando una innovadora técnica de acolchado en espuma de poliuretano. Pero cuando Marco Zanuso creó la Lady no solo hizo un sillón, transformó la producción en el campo del mobiliario. Lo que quizás no todos saben es el secreto de la popularidad de este modelo. Un sillón firmado por un gran artista es excepcional, sin embargo, en un momento dado, modelos como la Lady y otros asientos famosos comenzaron a difundirse cada vez más. ¿Cómo? Las vías son dos muy diferentes, casi opuestas, pero en este caso no tan distantes: la producción industrial y la artesanía.
¿Cómo?
Olvídense por un momento del encanto elitista de la creación artística y concéntrense en lo que no se ve. A menudo se piensa en el objeto de diseño como algo exclusivo y para pocos, pero en realidad no debería ser así. Por el contrario, el objeto de diseño está pensado para responder a necesidades concretas, ser reproducido en serie y llegar a un amplio público. Detrás de esto hay una idea, y cuando esta idea comienza a ser retomada en todas partes, ahí está la prueba de que se trata de una idea realmente genial. El secreto de la Lady está en los materiales nunca usados antes. Inspiraron la adopción de este modelo innovador tanto en las industrias como en las manufacturas artesanales.
El uso de materiales nuevos y más económicos ha hecho realidad el deseo de tener esos objetos como sofás y sillones, que hasta ese momento habían sido un lujo para pocos. La producción mecánica permite replicar perfectamente los modelos para que más personas puedan tenerlos. La funcionalidad y la adaptabilidad permiten personalizar los asientos y convertirlos en protagonistas de manera diferente en las casas de cada uno, incluso si el modelo inicial es el mismo. El éxito de esta idea también inspiró a los artesanos a retomar los modelos.
El trabajo de cada artesano es único y fruto de un saber hacer auténtico, pero la popularidad de este modelo ha llevado a su adopción por parte de las manufacturas de mobiliario. Por supuesto, no se trata de simples imitaciones, sino de emulaciones que, gracias al saber hacer artesanal, han producido asientos de altísima calidad.
Con materiales excelentes y la personalidad de cada manufactura, es precisamente esta combinación la que los hace interesantes y únicos.