Descubriendo el arte moderno
By Ya hace algunos años que escuchamos la palabra “modernariato” resonar en mercadillos de segunda mano y en los ambientes más a la moda dedicados al diseño y la decoración de interiores.
Tal ha sido la suerte de este término que ha llegado a formar parte del vocabulario común y es utilizado por cualquiera (incluso erróneamente) además de los expertos en el tema. ¿Pero a qué nos referimos realmente cuando hablamos de Modernariato? Podemos clasificar como piezas de modernariato los objetos, los complementos de mobiliario concebidos durante el siglo pasado, más precisamente entre los años 30 y 80.
Para explicar este fenómeno es útil remontarse a sus orígenes y mencionar así la Exposición del Crystal Palace de 1851; abrió nuevas perspectivas en el mundo de la artesanía, sugiriendo una alianza cada vez más estrecha entre las artes y la industria.
Es en este contexto donde se abre el siglo XX: por un lado, el impulso hacia la industrialización del proceso de creación; por otro, la gran influencia del movimiento Arts&Crafts de William Morris, enfocado en el cuidado casi maniático en la creación de objetos y en las Artes Aplicadas. Morris, artista y escritor inglés, deseaba un retorno a la manufactura de estilo medieval.
El trabajo debía ser manual, de gran calidad y, sobre todo, debía ser agradable para el ejecutor. La maquinaria se incorporaba solo cuando era necesario, debía utilizarse para facilitar al hombre y no para reemplazarlo. Sin embargo, los costos asociados a este tipo de producción no podían competir con los costos de la producción industrial a escala.
El proyecto Arts&Crafts fracasó, pero algunos principios fundamentales como la atención al detalle y la calidad; la creación de patrones ornamentales repetibles en serie y el deseo de hacer estéticamente agradables los objetos de uso común, sobrevivieron; sentando las bases para lo que se llamará diseño industrial.
A esto se debe agregar el nacimiento de una nueva figura, la del diseñador. Se encarga de idear y diseñar un producto desde el punto de vista estético, ergonómico y funcional y, sobre todo, de la posibilidad de producir en serie este producto a muy bajos costos.
Estos aspectos resultan revolucionarios en la historia del mobiliario: se hacen accesibles para todos (o casi todos) objetos y muebles funcionales pero también hermosos. Caracterizados por la limpieza y simplicidad de las líneas y el uso de materiales naturales y también «simples» como madera, lino, teca y cuero combinados con metal, plástico y contrachapado moldeado. Los colores van desde los pasteles neutros de los muebles hasta los tonos vivos de los objetos decorativos. El valor de estos objetos reside más en el esfuerzo creativo del diseñador (y su reputación) que en el prestigio de los materiales o la mano de obra (como ocurre con las piezas de antigüedades). De este modo, el proceso de creación del objeto o del mueble sale de la esfera artesanal para entrar en el proceso de producción en serie; perdiendo su unicidad pero convirtiéndose considerablemente más económico.
En Italia, Giò Ponti (arquitecto, artista y diseñador) tuvo un papel clave en la definición de la figura híbrida y ecléctica del diseñador. Partiendo de una formación como arquitecto, se acercó pronto al mundo de la artesanía y, en particular, a la cerámica.
Al percibir el potencial de la producción a escala industrial, revolucionó los procesos y la estrategia de la Manifattura Ceramica Richard Ginori, convirtiéndose en director artístico. La colaboración entre diseñador y realidad industrial se convertirá en una práctica habitual. En esos mismos años, además de la realización de cerámicas, se dedica a actividades editoriales, fundando la revista Domus, que será el centro del debate cultural de la arquitectura y el diseño italiano en la segunda mitad del siglo XX.
No olvidemos luego los muebles de la serie “Domus Nova”; que se produjeron para los Grandes Almacenes La Rinascente y los vidrios artísticos realizados para Christofle y Venini. Siguiendo las huellas de Giò Ponti, muchos arquitectos también decidirán emprender la carrera de diseñador, entre ellos podemos mencionar al célebre Ico Parisi, con sus elegantes muebles caracterizados por ángulos agudos; Giotto Stoppino y sus sillas cobra tan particulares, Alberto Rosselli y su “sofa confidencial”, Piero Fornasetti con sus creaciones imaginativas y así sucesivamente.
¿A qué se debe la popularidad del modernariado, que en los últimos años parece estar en auge?
Una pieza de modernariado, aunque tenga un estilo particular y original, es sin duda menos exigente para combinar con nuestros muebles contemporáneos en comparación con los muebles de antigüedades, que a menudo resultan ser pesados y excesivamente elaborados. La simplicidad de las líneas y los materiales es muy apreciada, además otorgan de inmediato un aspecto “retro” a cualquier ambiente, algo que está muy en tendencia. No olvidemos también los objetos y complementos de mobiliario, a menudo con colores vivos y llamativos; muchos de nosotros recordamos haber visto y vivido estos objetos en las casas de nuestros abuelos, lo que añade un valioso componente sentimental.
Sábado 6 de abril, participando en nuestro evento “Moving Spazio 900” podrán realizar una inmersión completa en el mundo del modernariado. A partir de las 18:00, con las notas (exclusivamente en vinilo) del DJ Lo Straniero, podrán admirar una amplia muestra de objetos, complementos de mobiliario, muebles y vestimenta provenientes directamente de los años ’50-’70. ¡Los esperamos numerosos en nuestra tienda de Milán en Viale Espinasse 99!
