En el artículo de hoy hablaremos sobre el nacimiento de los llamados «caprichos arquitectónicos» y expondremos algunos ejemplos presentes en el catálogo de Di Mano in Mano que abarcan desde el uso habitual en la pintura hasta en otras artes decorativas.
Nacimiento del Capricho
El “Capricho” es un estilo que tiene sus raíces en el Renacimiento, pero que se desarrolla enormemente en el siglo XVIII, gracias al avance de los descubrimientos arqueológicos en los yacimientos de Herculano y Pompeya. El gusto decorativo mira cada vez más hacia la Roma antigua, sentando las bases de lo que se convertirá, después de la mitad del siglo, en el estilo neoclásico.
En este período nace la tendencia de componer el paisaje a través de la combinación libre de elementos arquitectónicos reales o fantásticos, de ruinas de la antigüedad reconfiguradas, según una variedad de enfoques para reproducir escenarios paisajísticos y recuperar los restos arquitectónicos antiguos.
En la segunda mitad del siglo XVIII se irá difundiendo la reproducción de templetes a nivel escultórico, pictórico o vinculados a la decoración de intarsio.
Caprichos artísticos
El catálogo ofrece un ejemplo de capricho arquitectónico retratado en una pintura contemporánea con el período, que muestra ruinas de una gran estructura arquitectónica que se erige con aire nostálgico sobre la representación de la ciudad atravesada por un gran río que luego se adentra en el bosque.
Otro ejemplo de técnica de trabajo difundida en el mismo período es el micromosaico, del que proponemos un ejemplo que muestra una escena de campesinos reunidos alrededor de la Fuente de los Tritones en la plaza de la Boca de la Verdad, que en el fondo retrata el templo de Hércules Victorioso.
Con frecuencia, este tipo de diseño utilizaba como modelo las ruinas y los planos de los templos arqueológicos existentes.
Caprichos en las artes decorativas
La tercera tipología de representación de la que hablaremos es sobre el intarsio en muebles, como el cómoda francesa de Andre Louis Gilbert que data del mismo período y tiene una tapa de brecha amarilla.
Aquí los llamados caprichos arquitectónicos se proponen en forma de incrustaciones en el frente y lados que presentan vistas diferentes de la misma construcción arquitectónica.
En el caso de la cómoda inglesa propuesta en el catálogo, encontramos manijas de lamina repujada decoradas con el mismo motivo de templo, lo que confirma lo apreciados que eran estos caprichos arquitectónicos.
Por último, podemos hablar de los centros de mesa que los nobles de la época encargaban para impresionar a sus invitados durante sus banquetes. A menudo, estos centros de mesa estaban caracterizados por verdaderas construcciones arquitectónicas en miniatura que reproducían la tridimensionalidad de los objetos antiguos, como en el caso del templete monoptero de estilo neoclásico que se presenta a continuación y que tiene una estructura de madera patinada y lacada con falso mármol, una cúpula con pináculo y seis columnas con capiteles dóricos sobre una base circular.