Los protagonistas, o mejor dicho los protagonistas de nuestro Classic Monday de hoy, son un refinado grupo de muebles que constituyen un estudio de pleno gusto Liberty.
Italianización del francés Art Nouveau, el Liberty se difundió por toda Europa a partir de finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo siguiente. Como denuncia el origen del término, la patria de esta corriente artística y cultural fue Francia, desde donde se expandió por todo el Viejo Continente.
Inicialmente nacido como estilo ornamental, el Liberty fue inmediatamente apreciado por sus formas extremadamente decorativas, pero al mismo tiempo elegantes, que lo caracterizan.
Así como había ocurrido con otras corrientes en el pasado, también con el Liberty se tomó como modelo de referencia la naturaleza. Sin embargo, se desechó su lado más naturalista y salvaje, favoreciendo el aspecto más adaptable a la concepción estética de la época. Así es como los racimos vegetales y las hojas se transforman en sinuosas líneas que crean sorprendentes juegos gráficos. Esta búsqueda se alcanza plenamente en nuestros muebles, adornados con refinados entrelazados simétricos de hojas de hiedra, fileteadas en latón e incrustadas en raíz. La naturaleza es manipulada y utilizada por el artesano como un elemento que decora y embellece el mueble.
Pero las formas sinuosas no se limitan únicamente a elementos decorativos, por excepcionales que sean.
La línea movida, aireada, se convierte en parte integrante de la arquitectura y, en nuestro caso, de los muebles.
Destinados a un lujoso estudio burgués, probablemente urbano, como lo demuestran sus dimensiones contenidas, nuestros muebles se caracterizan no solo por la extrema atención a los más pequeños detalles, sino también por sus formas. La solidez de la estructura está hábilmente aligerada por superficies móviles. El escritorio, la cajonera y la vitrina presentan una configuración arquitectónica, jugada en la alternancia entre puertas con vidrio, pequeños compartimentos y espacios abiertos con arcos rebajados, casi como si se tratara de las fachadas de edificios de una moderna ciudad europea a principios del siglo XX.
Como ya mencionábamos, la atención al detalle es meticulosa; desde las fileteadas en latón que delinean las hojas de hiedra, hasta su recreación en talla y perforación en la pequeña barandilla que adorna la parte superior de la cajonera. También es muy cuidadoso el uso de los materiales; desde la madera de roble con la que están construidos, hasta los paneles de vidrio opalino, que en la librería adquieren una coloración especial que varía del amarillo al verde.