Classic Monday dedicado a la emperatriz María Teresa y a «su» candelabro.
María Teresa de Austria fue la emperatriz de las reformas: redefinió el sistema fiscal, reorganizó la educación pública, simplificó las normas comerciales y apoyó las nuevas manufacturas. (aquí una biografía de la enciclopedia Treccani)
Esta «soberana ilustrada» pasó a la historia por haber saneado las finanzas de su imperio y haberlo hecho prosperar en todos los aspectos. A ella dedicamos la nueva cita de nuestro Classic Monday.
Entre los innumerables méritos de María Teresa se encuentra también el de haber inspirado un candelabro que se ha convertido en un clásico atemporal de la iluminación: el candelabro María Teresa, precisamente.
Ideado en la primera mitad del siglo XVIII en honor a la emperatriz, este candelabro suspendido se convirtió en poco tiempo en el protagonista de las salas más suntuosas de Europa.
En su interior escondía un alma de metal finamente recubierta con una capa delgada de vidrio. Este tipo particular de estructura permitía fabricar candelabros de dimensiones realmente considerables.
De su eje central sobresalían los brazos adornados con todo tipo de decoraciones en cristal de Bohemia: gotas, rosetas, colgantes, guirnaldas…
La destreza del artesano se revelaba sobre todo en la habilidad para equilibrar de manera armónica los cristales: un exceso de estos podía resultar en un efecto llamativo y poco elegante.
Nuestro candelabro protagonista de esta cita, realizado entre los siglos XIX y XX, tiene más de un metro de diámetro. Tiene seis brazos adornados con cordones y colgantes realizados tanto en vidrio como en cristal. También presenta un alma de hierro, en este caso dorado, recubierta en vidrio.
Es un perfecto ejemplo de cómo el modelo María Teresa ha sido y continúa siendo reproducido e interpretado sin perder un ápice de su magnificencia.
La emperatriz desempeñó un papel activo en el florecimiento de la alta artesanía durante su reinado, incentivando los intercambios y las colaboraciones dentro y fuera de los límites del Imperio.
Fue precisamente de la colaboración entre los artesanos bohemios y los vidrieros venecianos de donde nacieron estos magníficos candelabros, tan apreciados por María Teresa.
La refinación y la realeza que los caracterizan han asegurado su éxito, pero quizás lo más interesante es su versatilidad. Es un candelabro que se adapta tanto a ambientes clásicos y refinados como a espacios modernos, aportando un toque decididamente imperial.