Nuestro evento dedicado a los Swatch vintage está a la vuelta de la esquina, y para la ocasión nos preguntamos: ¿por qué, en la era de los smartphones, el reloj de pulsera no es un objeto en vías de extinción?
La pregunta es válida porque los teléfonos móviles se han convertido en verdaderas extensiones corporales sobre las que nos apoyamos para cualquier tipo de actividad, incluso las más complicadas como la gestión de archivos, el procesamiento de fotografías y la planificación de compromisos.
Dentro y fuera del mercado del lujo
Por un lado, los datos nos dicen que el mercado de los relojes de pulsera de lujo está más vivo que nunca, alimentado por ese segmento de mercado de alto poder adquisitivo que considera el reloj un símbolo de estatus pero también una verdadera inversión. Para dar un ejemplo: en el mercado de lo nuevo, la Rolex alcanzó, en 2023, el récord de 10 mil millones de ingresos con un +11% respecto a 2022 (según los datos del informe de Morgan Stanley y LuxeConsult). Y no les va mal a todas las demás grandes marcas históricas de relojería.
La tendencia es positiva también para el mercado de segunda mano y el coleccionismo. La mayor atención hacia los modelos históricos y descontinuados ha hecho que el mercado crezca sin cesar, llegando a alcanzar los 22 mil millones de dólares en ventas en 2021. Ya sea nuevo o usado, el reloj de lujo es un bien refugio cada vez más común porque se conserva sin gastos y, sobre todo, mantiene su valor intacto, que a veces, incluso, crece con el tiempo.
Pero incluso fuera del lujo, los relojes gozan de un excelente estado de salud. Según los datos de la Federación de la Industria Relojera Suiza (FH), en 2023 las ventas en el extranjero de relojes suizos mostraron un incremento del 7,6% hasta los 26,7 mil millones de francos suizos. De estos, 25,5 mil millones corresponden exclusivamente a los relojes de pulsera.
Las funciones ocultas de los relojes: más allá de marcar la hora…
A este punto ya podemos responder a la pregunta inicial con un rotundo: no, los smartphones no han sustituido a los relojes de pulsera. Los relojes, y el por qué lo veremos en las siguientes líneas, mantienen intacto su atractivo precisamente porque el hecho de marcar la hora es solo una de las muchas funciones, muchas de ellas simbólicas y ocultas.
En primer lugar, observemos que ver la hora en un reloj de pulsera es una acción muy inmediata, mientras que el teléfono hay que buscarlo en los bolsillos o en la bolsa, activar la pantalla y luego guardarlo de nuevo. El movimiento mismo de levantar el antebrazo para mirar la hora es algo tan arraigado en el repertorio gestual que nos hace a todos iguales en la democracia del tiempo.
Regalar un reloj o transmitirlo de una generación a otra representa el deseo de mantener una memoria común y la voluntad de construir un futuro compartido. El reloj, además de marcar la hora, simboliza el mismo tiempo.
Cuando nos regalan un reloj, entra en nuestra cotidianidad resistiendo los cambios de moda y costumbres, y por ello simboliza los vínculos más duraderos como el amor y la amistad. En el flujo imparable de actividades de nuestra vida diaria, donde el tiempo se escapa siempre demasiado rápido, el reloj es una invitación amable a permanecer anclados al aquí y ahora, tratando de aprovechar cada momento.
Finalmente, el reloj es símbolo de éxito y prosperidad. A menudo lo compramos o lo regalamos para marcar acontecimientos importantes y logros de vida: una promoción laboral, un cumpleaños, un aniversario.
Entonces: ¿qué hora es?
Preguntar «¿Qué hora es?» es efectivamente una pregunta que solemos hacer cada vez menos. Entre los teléfonos móviles, las computadoras, los paneles luminosos en las paradas de transporte público, la hora es una de las informaciones más fáciles de obtener.
El hecho de que el reloj de pulsera siga acompañando nuestros días demuestra cómo este no es un simple artefacto con una función determinada, sino portador de significados arquetípicos que nos conectan profundamente como comunidad.
Y al respecto, les recordamos que la hora de «S… Watch Out» se acerca. Sábado 23 y domingo 24 de marzo, en la tienda milanesa de Di Mano in Mano, habrá una exposición dedicada a más de 500 relojes Swatch vintage producidos entre 1986 y 2006, con líneas icónicas como Irony Chrono, Pop, Swiss Art, Scuba 200 y mucho más. ¡Una oportunidad única para regresar en el tiempo con una pieza que ha acompañado a toda una generación!
¡Aquí algunas imágenes en primicia directamente de la exposición en la tienda de Milán!