El protagonista de nuestro Classic Monday de hoy es una consola ricamente decorada con pastilla. Expresión del gusto neoclásico, en particular en su variante turinesa, este mueble muestra la calidad y la atención al detalle típicas de esta producción.
Si bien la superficie está hecha de un refinado mármol flor de durazno, es la estructura de la mesa mural la que resalta plenamente el gusto neoclásico.
En un fondo marfil hay vastas reservas de témpera verde, dentro de las cuales se encuentran las decoraciones de pastilla, que cubren toda la superficie. En las patas se aprecian cascadas de hojas que surgen de una flor, motivo que también se repite en la franja debajo de la superficie, junto con elaboradas pero simétricas ramas.
Particularmente bien logradas son las cabezas leoninas ubicadas en los montantes y la de Medusa en el rosetón central. Se ha prestado mucha atención a la representación realista, incluso a través de la elección de pintar los ojos, dando la impresión de que se trata de personajes reales que habitan la mesa. A pesar de la búsqueda ilusionista, estas figuras están idealizadas, realizadas de manera precisa y simétrica, lo que se puede observar especialmente en los racimos fitomorfos que enmarcan el rostro del monstruo mitológico.
Estos tipos de decoraciones son típicos del estilo Neoclásico, caracterizado por la recuperación de los motivos ornamentales y figurativos de la antigüedad clásica grecorromana.
En particular, se evocan las decoraciones murales de las salas pompeianas, redescubiertas pocos años antes debido a numerosas campañas de excavación. La erupción del Vesubio había congelado la ciudad campana en el momento de la tragedia, y la lava solidificada había conservado todo casi intacto. Durante las excavaciones, surgieron tanto las pinturas murales como los objetos, que inspiraron la decoración y las formas del arte neoclásico.
Estos también se aplicaron al mobiliario, como en este caso, adaptando las formas y las iconografías a diferentes tipos de muebles y objetos. Sin embargo, estos están caracterizados, incluso en nuestra consola, por una cierta geometría de las formas. También la representación de la naturaleza con motivos de hojas se adapta a una representación simétrica que da rigor y orden al mueble.
Si bien el estilo Neoclásico tuvo un gran éxito en toda Europa, la recuperación puntual de las decoraciones pompeianas se encuentra especialmente en la producción inglesa y en algunas zonas de Italia.
En Piamonte se realizaron algunos de los ejemplos más interesantes; entre ellos se pueden admirar los muebles conservados en el castillo de Masino, una aplicación viva del llamado «gusto pompeyano».
Estas obras estaban decoradas con la técnica de la pastilla. Yeso, agua y polvos de mármol se unían en una mezcla, siguiendo una receta antigua, y luego se vertían en moldes.
Una vez que se secaba, la forma creada podía repetirse en varios ejemplares idénticos. La pastilla se aplicaba luego al mueble u objeto y posteriormente se pintaba, lo que permitía alcanzar un excelente nivel de calidad y refinamiento.