Continúa nuestro viaje en un nuevo escenario que tiene como protagonistas no solo los elementos de mobiliario, sino también obras de arte de sabor antiguo.
En una ubicación que podría identificarse con su sala de estar, la atención se dirige en dos direcciones: el sofá y el armario contenedor.
El sofá de fabricación italiana destaca por su tejido de color coral y por la forma curvilínea que caracteriza su diseño.
Acompaña el asiento una mesita antigua, de nogal, cuyas patas finamente torneadas evocan un estilo barroco, equipada con un pequeño cajón multiusos.
La elección estética de un asiento moderno no impide combinarlo con un aparador antiguo de importantes dimensiones. Temporalmente, se puede situar entre los siglos XVII y XVIII.
De diseño renacentista, pero con elementos barrocos, el mueble está completamente hecho de nogal, y evoca el acabado de la mesita. Proporciona un amplio espacio para platos, vasos y utensilios.
La iluminación del ambiente está resaltada por una lámpara de pie de producción moderna, datada en la primera mitad del siglo XX. El diseño en latón se embellece con una pantalla de tela que encaja perfectamente en el rincón «artístico» que decora la pared.
En la esquina derecha encontramos una serie de seis marcos de madera del siglo XIX. Contienen grabados de personajes ilustres realizados por Pierre-Michel Alix para la colección «Collection de portraits de grands hommes».
A la izquierda del armario encontramos otras dos obras pictóricas, testimonio del arte del siglo XIX.
El retrato de caballero que sostiene una medalla con el escudo familiar, es un óleo sobre lienzo, testimonio de la escuela pictórica lombarda. Un marco dorado con pan de oro embellece la pintura.
Junto a esta obra, hemos combinado un cuadro firmado por Raffaele Postiglione titulado «Partida para la guerra». La obra utiliza una técnica mixta: tinta china y acuarela sobre papel.
Os espero el próximo jueves, de ambiente en ambiente contando la historia de los interiores entre el presente y el pasado.