La madera de conífera, originaria del Líbano en su variante más extendida, ya era utilizada por los antiguos egipcios en la construcción de barcos y ataúdes. Es significativa la cita bíblica que señala que el palacio de Salomón tenía 45 columnas de cedro. De color claro, con una hermosa veta rojiza y una fragancia característica y apreciada, fue utilizado por los ebanistas franceses especialmente para las incrustaciones y también en la creación de pequeños objetos.